viernes, 22 de julio de 2016

El Tano

Noticia
Rosario de Tala, Entre Ríos.- Giovanni Maccarrone, dueño de la fonda “El Siciliano”, se encuentra demorado en la comisaría 1era de esta localidad tras un confuso altercado en su local. Al parecer el propietario, de origen italiano, arrojó a uno de sus comensales una fuente de polenta caliente. El damnificado se encuentra en buen estado de salud, presentando solo algunas quemaduras leves y un golpe en la cabeza. La policía sigue investigando las causas de tan desmesurado hecho.

Sainete
Tano: —¡Entrerriano panza verde! Si ti vuelvo a vedere di nuovo mirando a la mia figlia ti ammazo. (Grita en cocoliche.)
Comensal: —¿Qué decís gallego loco? No se te entiende nada.
Tano: —Galego, galego io…. ma figlio puttana. (Se pone colorado de furia. Con ademanes de loco y una voz chillona envía a su hija a la cocina.)
Tano: —Antonia vai a la cucina, vai… vai... caraco…
Antonia: —Papá, este hombre no hizo nada, solo me pidió un plato de comida. No entiendo porque estás así. Además ya soy grande y se cuidarme solita.
Comensal: —Es una guriza, gaita. No te la estoy mirando. (Lo dice con sonrisa socarrona.)
Tano: —¿Ti gusta la ñanduza? ¿Ti gusta?. Ti vado a dare pacarito a vo. (Arrebata la olla de polenta con pajaritos de las manos de su mujer y la arroja sobre la cabeza del hombre que lo mira azorado. Batifondo, desorden, gritos y el paisanaje que sale corriendo a llamar a la policía.)

Carta a Giuseppe  (Traducción del italiano original)
Rosario de Tala, 17 de marzo de 1938
Querido hermano,
Te escribo para contarte que nos encontramos todos bien de salud. Sin demasiadas vueltas te cuento que he sufrido un pequeño contratiempo. He estado unos días preso en la comisaria. Un desgraciado la estaba pretendiendo a Antonia. Imaginarás que no podía permitirlo. Este entrerriano malnacido ha venido a mirármela frente a mis propios ojos. ¿Tú lo hubieras aceptado? Tengo en claro que es bella, atrayente y está bastante crecida, pero véase semejante descaro y en mi misma cara.
A los postres no llegó. Le planté una olla con polenta sobre la cabeza, lo que no le ha dolido de caliente, le ha de haber dolido del golpe que se ha llevado. Se armó un revuelo muy grande y la gente salió corriendo a llamar a la policía. Se aprestaron rápidos como rayo y me llevaron a la comisaria. Gente bruta, no entiende nuestro idioma, y así que no pudiendo explicarles la razón y el descaro de este personaje, me dejaron en el calabozo. A los pocos días me soltaron, con el pago de una multa y la promesa de no volver a hacerlo. Santa Madonna.
Desde ya, rezando para que te encuentres bien, quedo a la espera de noticias tuyas.
Recibe un fuerte abrazo y cariños de todos aquí.

Giovanni


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