sábado, 28 de mayo de 2016

Del peso, el poder y el sentido de las palabras

He leído, y concuerdo, que la desgracia y la gracia de nuestro idioma está en su riqueza.
Tenemos palabras para decir todo lo que se nos ocurra. A veces pecamos de adornadores, llenamos una frase con flores solo por el hecho de que las palabras están ahí. Nos confundimos con querer dar elegancia a la verdad. Terminamos llenando de falsedades la verdad misma. Es un recurso que se nos presenta sin pensarlo.
Lo peor del caso es que con tanta pirueta no llegamos a comprender el verdadero sentido de la palabra. Señores (me incluyo) usemos menos adjetivos y verbalicemos. Tenemos términos muy fuertes y que lo dicen todo. Soy un pecador del lenguaje. Me encuentro muchas veces diciendo: la noche me desvela en un solo pensamiento de saberte. Y que quería decir: Te extraño y no puedo dormir… Poder (extraño), peso  (no duermo)  y así pareciera que tiene sentido.
Ya sé, lo mío parece una crítica a la metáfora. No lo es, ni mucho mas o menos, me  gustan, uso y abuso de las mismas por el sólo hecho de la riqueza de la lengua castiza que tenemos.
Sólo digo que debería usar las palabras correctas con todo su poder sin ornamentos para expresar lo que siento. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario