Ja… esa sería mi primer y desacorde expresión.
Primera vez, miedo, ansiedad, aprensión, ilusión, todo junto; todo junto me es
mucho para digerir de una sola vez.
Escucho rítmicos gritos, divinos acordes, siniestros
sonidos. Todo está dentro de mi gusto, todo fuera de mi entendimiento.
Una señora emite graves e inquietantes alaridos. Un
popurrí de gentes agudas me llevan a sueños insoñables. No entiendo, no
necesito entender, necesito dejarme ir.
Mi oído se revuelca en lo que oye, mi mente se
suspende en el acto de escuchar. Voces más allá del canto, música más allá de
la armonía. Sí, todo me es armoniosamente caótico.
Disfruto cada medido centímetro de la partitura
invista, de cada sonido escuchado, de cada voz insospechable, de cada tono entonado.
Amé el acto, amé la ejecución, amé la obra… Amo “La Opera”.
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