Perdonar es inhumano de humanidad. Rencores que existen para
recordar porque otorgamos clemencia. Siluetas en la noche que merecen ser
olvidadas. Actos que perduran en la idea. Ideas que se convierten en actos sin
razón. Conmoción de los sentidos para sentir que no somos capaces. No hay
cordura en el acto. Perdonamos porque se nos hace olvidar. Ansias de no haber
sabido que indultar. Eximición de uno mismo. Condonación de penas propias y
ajenas.
La divinidad de la dispensa sin preguntar solo le
corresponde a Dios. El hombre humano perdona desde las respuestas, sentencias
que no quiere que respondan, necesidad de saber que no sabe, que la ficción es
irreal.
Y sólo, sólo al final de todo, lo único que absuelve es el
amor. Sentimiento desprestigiado, el más noble, sincero y desinteresado.
Perdón de perdones, necesidad de necesidades. Esperanza y
ofrecimiento.
Terminar para empezar.
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